Este cuerpo se nos da conforme a nuestros deseos pasados. Para complacer deseos, a uno se le da el cuerpo, con el cual uno actúa como corresponde. Hablando en términos prácticos, el cuerpo es una máquina para complacer deseos, diseñada por el Señor Supremo. Debido a los deseos, uno es puesto en circunstancias difíciles para sufrir o disfrutar. Cuando esa visión trascendental de la entidad viviente se desarrolla, hace que uno se separe de las actividades del cuerpo. Aquel que tiene semejante visión es un verdadero vidente.
Por lo tanto, la entidad viviente tiene que aceptar el tipo particular de cuerpo que maya, la energía material, le entrega en función de su karma. Nadie es independiente para decir: «Dame un cuerpo que sea así» o «Dame un cuerpo que sea asá», sino que tenemos que aceptar el cuerpo que la energía material nos ofrece, sea cual sea. Ésa es la posición del ser vivo común.
No obstante, el cuerpo es temporal, y sólo las personas materialistas, sin conocimiento completo del alma, se dedican a adornar el cuerpo temporal, considerándolo la realidad. Ambos extremos, negar el cuerpo por considerarlo falso, o considerar que es lo único importante, pueden evitarse si nos situamos perfectamente en el plano de conciencia de Krishna.
Así como uno cambia una ropa vieja, así mismo el ser viviente individual cambia también su cuerpo, y ese cambio de cuerpo se denomina muerte. La muerte es, entonces, un proceso para cambiar el cuerpo al cabo de la vida actual. Una persona inteligente debe estar preparada para eso, y debe tratar de obtener el mejor tipo de cuerpo en la siguiente vida. El mejor tipo de cuerpo es un cuerpo espiritual