Friday, 1 February 2008

Visita de SS Bhakti Bhusaba Swami a Argentina. Parte 3 de 3‏

LUNES 17 DE DICIEMBRE DE 2007 - MENDOZA

Durante el viaje que duró sólo unas tres horas, prabhu Baladeva le hizo a Guru Maharaja varias preguntas relativas a la prédica, puntualmente si debe decirse las cosas tal como son, o si ciertos temas no deben mencionarse. Es que en la comunidad muchas veces surge la crítica de que cierta prédica es "muy pesada", por ejemplo al hacer énfasis en los principios regulativos, y que algunos devotos se sienten molestos y entonces ya no vuelven a los programas.

Guru Maharaja no respaldó ni desaprobó ninguna de las dos corrientes, la de "mano dura" o la de prédica "light", sino que enfatizó repitiendo a cada contra pregunta que por sobre todo debe predicarse con mucha humildad, sintiéndose más humilde que la hojarasca de la calle y más tolerante que un árbol. Humildad y respeto. Y el ejemplo personal. Dijo esto mencionando que él como sannyasi y guru se convierte en un paradigma para la gente que todo el tiempo lo está escudriñando para descubrir alguna falta y entonces debe atenerse incluso a cosas que son meros convencionalismos.

Después de esto se puso los auriculares en sus oídos para escuchar música de Srila Prabhupada y se entregó a la lectura. En este viaje, como en todos los anteriores, Guru Maharaja viajó sentado en el asiento trasero del pequeño Fiat Palio, aunque Baladeva corrió el asiento delantero todo lo que pudo para darle mayor comodidad.

La ansiedad de los devotos de Mendoza por la llegada de Guru Maharaja era fácilmente palpable, pues nuestros teléfonos celulares no dejaban de sonar preguntándonos por dónde estábamos y la hora de llegada, lo que finalmente se produjo a las 20 hs. Al llegar a la finca de Corralitos todo era algarabía, los devotos esperaban en la calle de llegada con kartalas y mridangas, dando saltos con los brazos en alto y gritando a viva voz "¡Jaya Gurudeva, Jaya Prabhupada!" Le ofrendaron una hermosa y cargada guirnalda de jazmines muy blancos.

Sentado en la vyasasana, Guru Maharaja agradeció la bienvenida y dijo que venía para servirnos y que esperaba que durante su visita pudiera ayudarnos de alguna manera. Como estamos en medio de la Maratón de Srila Prabhupada, también nos alentó a participar masivamente de la distribución de libros. Preguntó quiénes estaban saliendo a sankirtan actualmente, y cuando vio muchas manos levantadas se mostró felizmente asombrado porque la mayoría estaba haciendo aunque sea un pequeño esfuerzo. A continuación le ofrecimos la ceremonia de lavado de pies y guru-puja arrojando pétalos de flores a sus pies de loto. La sala del templo estaba prácticamente llena con la presencia de alrededor de treinta devotos bailando jubilosos un kirtan extático. No faltaban allí ninguno de sus discípulos mendocinos: prabhu Gaurasundara, Damodara, Ekendra, Yogesvara, con sus esposas, madre Lalita govinda, y muchos bienquerientes como prabhu Surya Rama, Muni Cari, Mathura Mohan, aspirantes a discípulo y muchos amigos, imposible nombrar a todos.
Las Deidades de Sri Sri Gaura Nitai del templo de Corralitos son de una belleza excepcional por estar talladas en mármol blanco y por su tamaño, pues tienen unos 40 cm. de altura. En Su rostro se destacan Sus bellos ojos que tienen una mirada dulce, compasiva y alegre, y Su boca de labios rosados sonriendo suavemente. Tienen los dos brazos en alto y este día -como todos los que seguirán- se encuentran lujosamente vestidas con prendas finamente bordadas por las hábiles manos de madre Krishnamayi dd. A Sus pies se encuentran pequeñas murtis de Sri Panca-tattva en bronce. Los arreglos florales del altar, con flores de la propia finca, suelen estar a cargo de madre Vraja Bhakti dd.

A todo esto siguió una fiesta de prasadam, pero Guru Maharaja se retiró de inmediato a descansar.

MARTES 18 DE DICIEMBRE - MENDOZA

A la mañana siguiente todos recibimos en nuestro teléfono móvil un mensaje que decía "Hasta nuevo aviso se suspenden todas las actividades. Favor de no dirigirse a la granja". Llamé enseguida a Corralitos un poco preocupado y entonces supe que Guru Maharaja estaba totalmente engripado, con todos los síntomas de una tos muy fuerte y seca, decaimiento y cansancio de todo el cuerpo, congestión de las vías respiratorias y quizás un poco de fiebre. Ya durante la recepción del día anterior se lo vio un poco apagado y pensamos que era el cansancio del viaje, pero era algo más que eso.

Aunque la agenda que se había preparado para su estadía en Mendoza estaba orientada fundamentalmente al descanso, por eso fue alojado en Corralitos donde hay mejores condiciones de silencio, contacto con la naturaleza, una piscina, un departamento totalmente independiente para su privacidad y otra facilidades, se habían programado varias clases de Bhagavad-gita en Corralitos y al menos dos clases en el CEDAM, en Godoy Cruz. Pero ahora estas conferencias quedaban suspendidas e incluso el propio acceso a la compañía de Guru Maharaja quedaba bastante restringido.

Esa tarde de todas maneras tuve que ir a Corralitos y los devotos me contaron que esa mañana su humor estuvo bastante áspero. Un rato más tarde estuve en su presencia también para entregarle algo que había pedido y pude ver lo mal que estaba. Se encontraba recostado en su cama un tanto abatido, con los ojos y la nariz enrojecidos. Cada vez que tosía se sacudía todo su cuerpo. Al retirarme me preguntó si habían venido devotos, estaba evidentemente preocupado porque alguien podría haberse tomado la molestia de ir hasta allí y ser decepcionado. Pero le dije que no, que no había venido nadie porque todos habían sido debidamente notificados de la suspensión momentánea de los programas, y eso lo tranquilizó.

Gurudeva estuvo once días en Mendoza hasta el sábado 29, cuando tomó un vuelo hacia Santiago de Chile. Aunque con los días se fue recuperando parcialmente, en todos esos días no pudo dar ni una sola clase de BG o SB, ni mucho menos hacer ejercicios, andar en bicicleta, o nadar. Si bien su estado anímico y físico mejoró gradualmente, algunas veces parecía estar bien y de pronto le daba un ataque de tos y quedaba completamente sin voz. Desde luego que se le ofreció asistencia médica, pero dijo que ya había gastado mucho dinero de una discípula y que los médicos solamente lo usaron como conejillo de indias. Que lo soportaría así hasta ir a la India donde conoce un médico ayurvédico que es de su total confianza.

Parece una tos crónica, porque recuerdo que cuando hablamos con él vía "skype" en junio para su vyasapuja, ya estaba con una fuerte tos.

El único modo de tener su compañía fue asistir a mangal-arati, o por la tarde, y escuchar que ocasionalmente hiciera algún comentario sobre lo que se estaba leyendo. Por las mañanas estaba durante la adoración de Sus Señorías y de Srimati Tulasi Devi, luego cantaba japa con nosotros sentado sobre su cojín dorado, escuchaba la lectura del SB y desayunaba con los pocos afortunados devotos que se encontraban presentes, sentado en el parque. Siempre insistía en que se le ofrezca preferentemente productos de la propia granja. "No gasten dinero" decía. "Denme sólo frutas y verduras cosechadas de este lugar. Los productos que se cosechan de la propia huerta son siete veces más buenos que los que se compran en el mercado". Siempre estaba de muy buen humor, a pesar de sus limitaciones y solía decir, "Discúlpenme por no poder ayudarlos más, pero me he vuelto muy viejo. Ahora soy sólo una molestia". Una mañana se estaba riendo de algo con muchas ganas, pero entonces comenzó a toser y tuvo que retirarse, había perdido totalmente la voz y ya no volvimos a verlo por aquel día.

Al atardecer pedía la cena a algún devoto que estuviera montando guardia en su casa, puertas afuera, pero solamente tomaba algunos higos y alguna otra fruta fresca. Muy poco, lo que se dice una cena frugal. Y un poco más tarde venía al escuchar la caracola que anunciaba el gaura-arati, pero lo observaba sentado en un sillón o parado muy quieto y se retiraba a descansar temprano, como a las 21 horas.

Todo movimiento de vehículos o devotos que anduvieran "volando" en torno a la granja, fue minimizado al máximo para brindar mayor descanso a Gurudeva.

Una de aquellas tardecitas se abrió inesperadamente la puerta de su casa cuando yo estaba de sirviente y me preguntó, "¿Podrías leerme un poco?". Entonces acomodamos dos sillas a la sombra de la pequeña galería, se acomodó fresco, pues llevaba sólo la parte inferior de su dhoti y estaba recién bañado, y me pidió que leyera el Capítulo 14. A veces yo le hacía alguna pregunta y otras él hacía algún comentario, o pedía que volviera a leer un párrafo, y así transcurrió una hora fantástica para mi, llena de la magia de estar -como en muy raras ocasiones- junto a mi guru, hasta que el sol cayó y ya no pude leer más por la falta de luz.

Algunos días después nos siguieron hasta Mendoza madre Rati Manjari y madre Alejandrita para tener mayor compañía de Guru Maharaja y de los devotos de Mendoza. Estas devotas tan elevadas salieron todos los días a sankirtan, bajo el ardiente sol mendocino, y el sábado nos acompañaron a harinama en la plaza céntrica. Gurudeva nos mandó decir que le hubiera gustado venir, pero en su estado no es aconsejable.

El shakti, la inspiración y las bendiciones de Guru Maharaja estuvieron con nosotros todo el tiempo que duró su estadía y nosotros quedamos como siempre, eternamente endeudados por la austeridad que se toma al viajar tanto, sólo para darnos su indispensable misericordia.

Hay muchos devotos valiosos y muy queridos que hubiera querido mencionar en este mensaje con relación a Guru Maharaja, pero para relatar todas estas glorias ya debería dedicarme a escribir un libro, por lo que les ofrezco mis sinceras disculpas por no haberlos nombrado, y por cualquier ofensa cometida involuntariamente a sus pies de loto.

Su sirviente,
Hamsa Rupa Das
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